Un aproximado de 400 millones de dólares anuales, invertidos en casi 21 años, será el costo de la aplicación de medidas que ayuden a mitigar los efectos del cambio climático en nuestro país.
Pese a las varias estimaciones que existen sobre este costo, la ONG Oxfam asegura que el Ministerio del Ambiente ha calculado que se requerirá entre 190 y 454 millones de dólares anuales hasta el 2030, de modo que puedan afrontarse los efectos del cambio climático.
Según Oxfam Internacional, los países responsables de la emisión de gases invernadero, causante de estos cambios progresivos y perjudiciales en la climatología mundial, deberían transferir 150.000 millones de dólares anuales a los países en desarrollo para que se mitiguen sus efectos.
Por su parte, Rocío Valdeavellano, portavoz del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), manifestó que en una eventual indemnización de los países industrializados a los países no desarrollados, ésta debería realizarse bajo la supervisión de la ONU.
Un claro ejemplo de los efectos del drástico cambio de clima en nuestro país se puede ver en las últimas cifras arrojadas por el balance de un estudio que realiza el Instituto Geofísico del Perú (IGP) que anunció que entre 1964 y 2003, la cuenca del río Mantaro ha registrado un 12 por ciento de reducción de las lluvias debido al efecto del calentamiento global en dicha zona, que está constituída por Pasco, Junín, Huancavelica y Ayacucho.
No sólo se puede hablar de una degradación de las aguas, pues los suelos y el aire también se ven afectados por múltiples factores basados en la mínima conciencia humana al efectuar actividades extractivas de minerales, petróleo, gas; así como la tala y la pesca indiscriminada.
Frente a esto, las políticas de protección ambiental y desarrollo de inversiones en nuestro país, muestran una posición contradictoria, como se puede ver con la reciente concesión de dos lotes petroleros en la reserva del lago Titicaca.
Para que hasta ahora no entendemos el gran daño que estamos haciendole a nuestro único hogar, el planeta. La pregunta se cae de madura: ¿hasta cuando no entenderemos la importancia de nuestro accionar en favor de la preservación ambiental?
hasta que no tengamos ni una gota que beber?
ResponderEliminarEsperemos no llegar a eso...
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