miércoles, 24 de agosto de 2011

Paralización de la población chilena continúa

Población chilena busca cambios radicales en su Constitución. Chile se mantuvo suspendido hoy debido a la convocatoria de paro de 48 horas organizada por la Central Única de Trabajadores de ese país, que hasta el momento ha dejado 348 detenidos y 36 heridos, resultado de los enfrentamientos que tuvieron con la policía, durante esta primera parte de la jornada en la que se cerraron oficinas públicas y locales comerciales, así como se organizaron barricadas en las calles de las principales ciudades.

A la manifestación, se acoplaron también organizaciones sociales, empleados estatales y miembros de algunas empresas privadas, además de los ya conocidos aguerridos estudiantes y profesores, quienes desde hace casi tres meses vienen protagonizando masivas protestas para exigir educación gratuita y de calidad.

El pliego de peticiones presentada por los manifestantes tiene como puntos principales la reforma de la Constitución y un cambio en el Código del Trabajo, así como también la rebaja de los impuestos a los combustibles, cuestiones que están agobiando al pueblo chileno, cuyos efectos nocivos sus gobernantes se niegan a admitir.

El vocero del Ejecutivo mapocho, Andrés Chadwick, afirma que este pareo "nació sin justificación" y terminó también sin justificación en el sentido de que su objetivo era paralizar el país. "Nosotros nos alegramos como gobierno de ese objetivo no se haya cumplido, porque hubiese generado un daño importante a Chile”, señaló.

Más temprano, el presidente Sebastián Piñera descalificó las acciones de reclamo, llamándolas "un instrumento equivocado" e indicó que la única intención que se busca es "causarle daño a Chile".

En Santiago y otras ciudades del país, se han confirmado los enfrentamientos con la policía en sectores como Los Morros y Lo Blanco, en San Bernardo. Además, algunos supermercados han sido saqueados, donde se han detenido ya a cuatro personas. Se espera que el día de mañana el paro continúe bajo esta misma tónica, hasta que las autoridades escuchen y reciban el pliego de reclamos de los manifestantes.